¿Cómo puedo volver a ser domingo?
¿No fui domigo ayer?
Se me debe escurrir el tiempo
entre los dedos.
Se me debe pasar la vida
en dos suspiros,
en tres o cuatro sueños
y en unos cuantos versos.
Avísame los lunes
de que los martes existen,
un largo mail de miércoles
hablándome del jueves,
una llamada el viernes
con cita para el sábado.
Y llegaré a domingo
y habré vivido
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