17 de marzo de 2010

DE OTRO MODO


Las olas no han borrado
nuestras huellas,
y por si acaso,
no nos acercamos a la orilla. 

Y el mar sigue tan quieto.

Esa calma tensa
nos agita,
nos envuelve de miedo
y nos desborda.

No sabemos querernos
de ese modo,
acerquémonos
al borde del abismo.

Cincuenta años

El  tiempo llega,
se me instala en los ojos,
se me acomoda.

Por los extremos,
deshace su maleta
de primaveras.

El tiempo vuela,
se queda poco tiempo,
cuatro suspiros.

El tiempo pasa,
sueños en la memoria,
me deja en prenda.

El tiempo vuelve
y,  cargado de regalos,
se instala en mi sonrisa
para quedarse.